Vemos los peldaños de una escalera de cemento que conduce a las rocas del fondo de la Ría de San Juan de la Canal en bajamar.
El paso del tiempo hace que muchas de las obras del hombre dejen de tener un sentido claro y nos dejemos llevar por suposiciones de su finalidad.
El paso del tiempo hace que muchas de las obras del hombre dejen de tener un sentido claro y nos dejemos llevar por suposiciones de su finalidad.
Parece la escalera ideal para despeñarse de una manera civilizada. Puede que fuera la forma de llegar a una barca o de bajar cerca del agua para pescar.
Hay que asomarse desde arriba para ver la pendiente pronunciada que tiene y la distancia del último peldaño a las rocas. No hay concesión al tropezón. En marea alta todavía hay alguna oportunidad, si se sabe nadar.
Los caminos conducen a algún sitio. Se supone.
Hace años alguien se tomó mucha molestia en hacer los escalones.
Ahora hay a cincuenta metros un camino recién construido que lleva al mismo sitio y por el que se puede ir cómodamente andando y sin ningún peligro y su finalidad es sólo llegar allí.
Ahora hay a cincuenta metros un camino recién construido que lleva al mismo sitio y por el que se puede ir cómodamente andando y sin ningún peligro y su finalidad es sólo llegar allí.
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